3 Evidentemente sois una carta de Cristo, redactada por ministerio
nuestro, escrita no con tinta, sino con el Espíritu de Dios vivo; no en tablas
de piedra, sino en tablas de carne, en los corazones.
4 Esta es la confianza que tenemos delante de Dios por Cristo.
5 No que por nosotros mismos seamos capaces de atribuirnos cosa
alguna, como propia nuestra, sino que nuestra capacidad viene de Dios,